7 joyas que visitar en Le Havre
Aprovechando que hoy el Tour de Francia finaliza su sexta etapa en la ciudad de Le Havre, vamos a dar un repaso a las joyas arquitectónicas que ofrece esta ciudad del noroeste francés, situada en la orilla derecha del estuario del río Sena a orillas del Canal de La Mancha.
Destruida casi en su totalidad por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruida entre 1945 y 1964 según las directrices del arquitecto francés nacido en Bruselas Auguste Perret. Debido a la «explotación novedosa del potencial el hormigón» la UNESCO inscribió el Centro reconstruido de Le Havre en el Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Iglesia de Saint-Joseph
Reconstruida en la posguerra, Saint-Joseph es una catedral futurista de 50.000 toneladas de hormigón -material predilecto de Perret, pues lo consideraba tan bello como la piedra, si no más- concebida como memorial a los caídos, caracterizada por unos impresionantes vitrales formados por pequeños cristales que recuerdan a los de un caleidoscopio y cuya intensidad, colores y reflejos varían a lo largo del día en función de la hora del día e intensidad de la luz exterior.
El Volcán
Diseñado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y construido en 1982, el Volcán fue un encargo del Partido Comunista Francés, que gobernó la ciudad durante tres décadas. En forma de volcán -de ahí su nombre-, esta construcción resulta ser un complejo cultural formado por dos unidades independientes de distinto tamaño, en la que la mayor funciona como un teatro, mientras que la menor abre su espacio a una mediateca.
Catedral Notre-Dame-de-Gráce
Construida en los siglos XVI y XVII, la catedral de Le Havre es un edificio gótico y de estilo renacentista que cuenta con una fachada barroca. Se trata del edificio más antiguo del centro urbano de la ciudad y logró sobrevivir al desastre de la Segunda Guerra Mundial. En su interior destacan el órgano regalado por Richelieu y los retablos del siglo XVII.
Abadía de Graville
Construida por el señor de Graville y barón d’Eye, Guillaume de Graville, la abadía está dedicada a santa Honoria, quien inicialmente recibió sepultura en la diócesis de Bayeux pero cuyo cuerpo fue más tarde trasladado hasta Graville. El conjunto de los edificios se encuentra en un acantilado sobre el estuario del Sena. En la zona sur se encuentra el antiguo edificio del convento, transformado en museo, así como el claustro.
Les Bains des Docks
Pudiéndose traducir como «los baños de los muelles«, Les Bains des Docks es un centro acuático construido con la misión de revitalizar los muelles y el distrito de almacenes de la ciudad. Diseñado en 2008 por el reconocido estudio arquitectónico ‘Ateliers’ de Jean Nouvel, se inspira en el concepto de los baños termales romanos, compuesto por varias piscinas, tanto cubiertas como al aire libre, a las que se puede asistir durante todo el año.
Maison de l’Armateur
Esta casa de finales del siglo XVIII situada en el barrio bretón y edificada para su propio uso por M. Thinault, arquitecto de la ciudad, fue adquirida a principios del siglo XIX por un armador -de ahí su nombre-, y logró salvarse de los bombardeos de que reducieron Le Havre a escombros durante la Segunda Guerra Mundial. Sus cinco plantas circulares decoradas con madera tallada distribuyen sus habitaciones, caracterizadas por los valores estéticos de los notables de la época, alrededor de un sorprendente pozo de luz central con forma octogonal.
Museo de las Bellas Artes André Malraux
Situado en la entrada del puerto y concebido por los arquitectos Lagneau y Audigier en los años sesenta, la principal novedad de su estructura era la transparencia y flexibilidad de la misma. Albergando una destacada colección impresionista de artistas como Eugène Boudin, Claude Monet o Raoul Dufy, la calidad de sus obras contribuye a reforzar la etiqueta de «ciudad de arte e historia» que posee Le Havre.