Baleares, un modelo para el turismo sostenible

El turismo es uno de los principales focos de interés económico de España, tal y como atestiguan los 65 millones de turistas que visitaron el país en el año 2014 y que han logrado que España desbanque a China y ya se encuentre en el Top 3 de países que más visitantes reciben del mundo. Traducido en cifras, el turismo supone 115.000 millones de euros que representan el 11% del PIB nacional.

Pero hay zonas de España en las que el turismo no supone un simple pellizco, sino un pilar vital básico y fundamental de su economía. Este es el caso de las Islas Baleares, en las que el turismo supone un 40% del PIB regional. Especialmente peliagudo resulta en una zona en la que el principal atractivo turístico reside en su clima y entorno natural, por lo que los baleares ya se han puesto manos a la obra para asegurar el futuro de sus islas y han conseguido que la zona ya esté considerada un paradigma del turismo sostenible.

El llamado ‘turismo sostenible’ se caracteriza por la preservación de un medio ambiente privilegiado en una zona que tiene al turismo como principal fuente de ingresos. De este modo, Mallorca ha instalado la primera estación de gas natural para vehículos de transporte público, mientras que en Manacor se ha instalado un sistema de alumbrado LED capaz de ahorrar 200.000 euros. Además, en diversos puntos de la isla se explotan energías renovables, como el calor geotérmico. Otro ejemplo de esta apuesta por el turismo sostenible es la construcción de hoteles que se insertan en el entorno natural, como el Hotel Park Hyatt de Mallorca, cuya inauguración está prevista para el año que viene, y que será una especie de hito de las construcciones sostenibles, ecológicas y con una visión ambiental y social.

Ahora el foco se centra en la mejora de los puertos marítimos, ya que la gran afluencia de embarcaciones, tanto de yates particulares de recreo como de barcos de transporte, representan una seria amenaza a tener en cuenta debido a los efectos contaminantes que pueden perjudicar el litoral marítimo. La construcción de nuevas infraestructuras sostenibles que permitan que los puertos continúen siendo una vía de comunicación y un atractivo clave para los amantes de la navegación es el último reto en esta apuesta por el turismo sostenible en el que el archipiélago balear se ha embarcado.

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