sábado, noviembre 9, 2024
Turismo

Costa Dorada: un tesoro en Tarragona

Costa Dorada Muntanyans

El sol y sus reflejos pintan de oro el mar y la arena que sirven de velo a aquel territorio que se extiende desde el norte hasta el delta del Ebro. La costa mediterránea se tiñe y se convierte en la Costa Dorada (Costa Daurada en catalán). Una región en la que el sol protagoniza la mayor parte de los días, el invierno se torna suave y el verano es cálido.

La antigua ciudad romana de Tarraco -hoy Tarragona- es  el más antiguo asentamiento romano de la península ibérica y no sólo es la capital de la Costa Dorada, sino que llegó a convertirse en la capital del Imperio cuando el emperador Augusto fijó allí su residencia en los años 26-25 a. C.

Este legado está reconocido como Patrimonio de la Humanidad, e incluye buena parte de la antigua muralla, la más vetusta y extensa que existe fuera de Italia. La construcción forma un magno recinto de culto, situado donde hoy se alza la catedral medieval. A los pies del templo se construyó la mayor plaza pública de todo el Imperio y, como complemento, un circo donde los ciudadanos podían disfrutar de las famosas carreras de cuadrigas.

Tarragona Anfiteatro Miracle

 

Hoy el anfiteatro es el núcleo urbano que sirve de separación entre el casco antiguo y la ciudad moderna, la cual se extiende hasta el mar. Desde este monumento se contempla el Miracle, una de las playas más famosas de Tarragona. Y si son populares las playas de Tarragona es por lo fina que es su arena y la temperatura cálida de sus aguas poco profundas. Otra playa famosa es la de Tamarit, al norte de Tarragona y cercana a Altafulla, conocida por el cinematográfico castillo que se levanta sobre sus acantilados

Para comer bien, nada mejor que el Serrallo, barrio de pescadores en el que se pueden encontrar un puñado de buenos restaurante de cocina marinera, en los que se sirve la excelente gamba de Tarragona, arroces, pescado y romescos, la deliciosa salsa elaborada con las avellanas y almendras cultivadas en las comarcas del interior tarraconense.

Y así como Augusto eligió Tarraco para fijar su lugar de residencia, la orden del Císter escogió las montañas del interior de la Costa Dorada para construir dos de sus principales enclaves en la península, los monasterios de Santes Creus y Poblet. El primero, de una austeridad decorativa absoluta, se encuentra a unos 35 kilómetros de Tarragona y es visitable, ya que actualmente no alberga actividad monástica. Su desnudez ornamental contrasta con su claustro gótico, construido en el siglo XIV. En cuanto a Poblet, emplazado en un singular espacio boscoso, es hoy el conjunto cisterciense más grande de Europa y declarado en 1991 Patrimonio de la Humanidad.

Costa Dorada Monasterio de Poblet

En este bosque de Poblet, ascendiendo por la montañas de Prades, corazón verde de la Costa Dorada, se atraviesan bosques castaños y encinas que nos hacen ver la luz dorada del Mediterráneo desde un prisma bien distinto, hasta llegar a la vila vermella -Prades pueblo-, conocida de esta forma por el color rojizo de la piedra empleada en su construcción. Gastronómicamente destacan sus butifarras y carne de cordero, así como sus famosas patatas.

Desde aquí se puede descender hacia el Priorat serpenteando por las estrechas carreteras que recorren viñedos y coronan los pueblos de sus colinas y riscos.

De camino a Falset, capital de la comarca, hay un desvío hacia Siurana, que cuenta con el mirador más espectacular de la Costa Dorada desde el que, según la layenda, saltó la reina mora Abdelazia, desesperada ante la llegada de los cristianos que reconquistaban Cataluña. Desde este atalaya de vértigo emplazado sobre el pantano de Siurana se puede observar la sierra de Montsant y las montañas de Prades.

Costa Dorada Siurana

 

 

Descendiendo de las montañas se llega a Reus, ciudad modernista y comercial, que cuenta con singulares edificios obra de Lluís Domènech i Montaner -el arquitecto del Palau de la Música Catalana de Barcelona– y en la que hay que probar alguno de los vermut de origen local.

Otra de las ciudades más populares de la Costa Dorada para el turismo es Salou, que cuenta con una amplia oferta hotelera, magníficas playas, y el parque temático más visitado de España: Port Aventura.

Finalmente, al sur se encuentra Cambrils, villa marinera que también hay que tener en cuenta. Agradable resulta el paseo desde el muelle pesquero hasta el club náutico contemplando las barcas, para luego regresar por la acera comercial para acabar dejándose caer por sus terradas.

 

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